La gran nevada sobre Barcelona quiso regalarnos una etapa como esta. Lo que en condiciones sería bonito, se vistió de blanco para nosotros para ser un paisaje increible.
La idea inicial era llegar a la Mola desde Sant Llorenç Savall por el GR 5.
La idea inicial era llegar a la Mola desde Sant Llorenç Savall por el GR 5.
La etapa se inició con el Rally de Suecia: desde Sabadell, 10 km de carretera helada para un conductor inexperto como David. Al llegar, besamos el suelo y fuimos a por el desayuno al bar de Sant Llorenç Savall.
El pueblo en sí, no tenía nada del otro mundo, pero nevado daba el pego:
El rio Ripoll afluente del Besos... quién lo diríaLos tejados del pueblo
Para empezar había un caminito de unos 4-5 kms's en plan toboganes de sube y baja, pero en algunas zonas estaba todo muy nevado:
El yeti
Al fondo el Montcau que parecía el monte Cervino.
Una pista que descendía entre el bosque nevado
La Mola vista entre la niebla.
El camino al fundirse la nieve quedaba lleno de barro, lo que le daba un sonido peculiar.
Después de esto, el camino entraba entre montañas y bosques, con los árboles llenos de nieve. El viento, hacía que fuera cayendo de golpe contra el suelo. En algunas zonas, tuvimos que pasar con la mochila en la cabeza, visto el riesgo de recibir una lluvia helada.
Luego empezaba subir por el cauce de un riachuelo, y al llegar a una fuente, el camino se encaramaba de manera abrupta. Lo gracioso del tema es que el camino, sobre las rocas estaba helado, lo que hacía era provocar que pudieramos matarnos en la bajada posterior. Dani optó por quedarse contemplando el agua y el paisaje.
David siguio subiendo, hasta que se encontró a un grupo que bajaba. El grupo en cuestión dijo que si iba así calzado se mataría al llegar a la cornisa superior, ya que había más de medio metro de nieve helada, y hacía falta llevar crampones. David subió unos metros más para echar la foto siguiente:
Paisaje cerca de las cumbres heladas.
Al bajar, David se dedicó a ilustrar la situación:
Camino helado que hubo que vadear porque por ahí podías matarte.
Terrazas nevadas en la bajada final.