El Papiol - Barcelona (Marzo 2010) una odisea en un estercolero

Para cumplimentar esta etapa empezamos cogiendo el cercanías Renfe en Sant Andreu Arenal. Por una vez Renfe cumplió. Nos bajamos en El Papiol, una estación abandonada al lado del puticlub Infierno, dónde para llegar al pueblo hace falta caminar 15-20 minutos por una rampa dónde deben haber muerto de colapso muchos ancianos.

Como el camino no estaba excesivamente bien marcado nos perdimos y dimos algo de vuelta (además nos costó bastante encontrar un bar para desayunar). Eso sí, el camino prometía, bosques, vistas al fondo de Collserola, y bastantes ciclistas.

No obstante, al llegar a Collserola Park, el desastre. Vimos que en el mapa que todo estaba urbanizado hasta llegar casi a Vallvidrera, de hecho, se unían Valldoreix, La Floresta y Les Planes. Esto no hubiera sido problema, aparte de lo horrible del paisaje, si no hubiera perros detrás de esas precarias vallas de estas chabolas. Algunas eran eso, chabolas, otras casas tercermundistas, y otras casas que en su momento debieron estar bien, pero que se caen de viejas.

Para muestra un botón:

Una demostración de que el abuso inmobiliario, también se inventó en Catalunya.

Bueno, dos de esos "perritos", uno era un cruce de Rottweiller, que estaban en una terraza de un primer piso (3m del suelo), sacaba la cabeza y medio cuerpo fuera de su casa. Se suponía que debíamos pasar por delante. Suerte que saliendo de una casa con una bandera budista enorme salió una señora con una sudadera morada (como las del convento budista de Plana Novella), se apiadó de David cuando este le pidió subir al coche para hacer 100 metros. Dani, cual gladiador ante su destino, se negó a rendirse y pasó a pie.

Después de esta "anecdotilla" y viendo que íbamos a hacer la etapa por acera, decidimos saltarnos esta parte cogiendo los Ferrocarrils de la Generalitat.

Llegando a la estación vimos 2 perlas urbanísticas:

¿eso es una escuela? ¿el que lo hizo está en la carcel?


Una casa con torreón de vigilancia carcelaria... Precioso.

Nos volvimos a bajar en Sta Mª de Vallvidrera, y fuimos hasta las faldas del Tibidabo:

Vista de la basílica desde detrás.

Finalmente, para finalizar la vista desde el Tibidabo:

Barcelona a nuestros pies

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